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AQUI MANDO YO AQUÍ MANDO YO

Publicado: 2010-12-05

                                                             

He imaginado las presiones que debió sufrir César San Martín, durante el proceso penal seguido contra Alberto Fujimori, que culminó con veinticinco años de prisión para el ahora  condenado ex presidente.

Si  pensamos con objetividad,  aunque no tengamos la prueba en las manos, llegaremos al convencimiento  que, a  las puertas del recientemente elegido Presidente de la Corte Suprema, durante su actuación como magistrado en la causa mas importante de nuestra historia moderna,  llegaron camiones  con cargamentos equivalentes a los depósitos de Fort Knox, dispuestos a transferirse a cualquier cuenta cifrada en Liechtenstein.  Mas de un heredero de las habilidades de Alfonso Capone,  manipulado por la hermandad  que hoy se encuentra enclaustrada, habrìa además,  dirigido peligrosas  amenazas, que no amilanaron al justo.

Intuimos las noches robadas al sueño, los feriados negados a la vida familiar, para sumergirse en voluminosos e interminables folios, con acuciosidad de investigador prolijo, que se nutre de  doctrina extranjera y del intercambio de ideas con juristas de otras latitudes, sobre temas puramente conceptuales, preocupándose por encontrar y demostrar la verdad, permitiéndole al acusado y a su defensor, todas las facilidades para ejercer su derecho. El magistrado sabìa de su responsabilidad y tenía la certeza que detrás de su nuca, venían observando su desempeño, tanto el mundo civilizado, cuanto la gavilla del peligroso entorno del expresidente y  su siniestro y aciago asesor.  Envidio los logros de San Martín, aunque no apetezco las  fobias, rencores e inquina  brotadas en el último año, que han servido para unir al Apra y al Fujimorismo, con un objetivo común.  El actual Presidente de la República desea, ciertamente, el triunfo electoral de Mercedes Araoz, quien tendrìa tan libre iniciativa como Cristina Kirchner, pero en segunda instancia la llegada de Keiko Fujimori , le significa un suspiro de alivio.

Justo, estudioso y gallardo,  antes de su elección a la Presidencia de la Corte Suprema,  tuvo que soportar  el vocal San Martín, que escaparan o se escurrieran de una madriguera, diversas alimañas, vinculadas al cohecho político, las que trataron de sorprender la buena fe de los electores, que para mala suerte de los capituleros, eran todos  expertos en  administración de justicia y en el conocimiento de las miserias humanas.

El deseo de esta cuadrilla malsana, residía en anular ulteriormente la sentencia que condenó a Fujimori , como autor mediato de los crímenes de Barrios Altos y La Cantuta.

La respuesta a esta conspiración se vio reflejada en el ánfora de sufragio, que le concedió al ganador el 87 % de los votos. Pueden tener los conjurados la seguridad que este caballero sólo desea trabajar arduamente por conseguir la autonomía y transparecia del poder a su cargo.


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