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HUEVO DURO ALTUVE

Publicado: 2010-09-06

Fernán Altuve Febres es un joven que se vinculó al grupo fujimorista, no se si por coincidencias programáticas, ideológicas, o buscando un madero al que asirse en este mundo preñado de dificultades. Consiguió ocupar una curul en el Congreso, no recuerdo en que época,  ni en que partido, si recordamos la fijación del entonces presidente o su principal asesor, por presentar  frentes con distintos nombres, lo que solo provocaba luchas intestinas, mientras el resto del país observaba incrédulo los enroques en ese tablero de ajedrez.  Su estada en el Congreso no le significó ninguna figuración. Dice él  haber renunciado a las huestes  del asiático hace muchos años, no había –aparentemente- razón para no creerle, pero el cordón umbilical no logró romperse y en esa condición fue impuesto,  sospechamos por quien, en la lista de Alex Kouri como segundo regidor, después de una respetada artista de televisión.

La dama de las tablas renunció, conociendo sus limitaciones para ejercer el cargo y dejó al señor Altuve, a quien presumo abogado, en la difícil tarea de arrastrar una caravana sin camellos. Los lectores saben que al candidato a alcalde se le declaró fundada una tacha que lo dejó fuera de carrera, lo cual fue una suerte para él,   porque en el futuro  podrá alegar que fue excluido por decisión de la justicia electoral, pero que no perdió la lid en el campo de batalla.

Bayly, quien parece conocer a Altuve desde hace algún tiempo, soltó su “chapa” al ruedo: “Huevo duro”.  Creo yo que por la cabeza perfectamente  oval, aunque algunos malvados insisten que su entorno, para evitar endilgarle una grosería como apodo,  no le añadieron al mismo, un sufijo aumentativo que significase papanatas. Me hubiese parecido injusto porque las razones que se esgrimen son absolutamente triviales.  Aparentemente es misógino, confieso que debería imitarlo. En sus años mozos no encontraba atractivo concurrir a los prostíbulos, ni meterse entre pecho y espalda una botella de pisco, o de whiskey, para no pecar de regionalista o finalmente, meterle un carajo, con voz de Júpiter tonante, al impertinente que lo estuviese mirando fijamente por mas de tres minutos. Los temas personales no deberían escudriñarse como lo he venido haciendo, cuando hay un proceso electoral de por medio, aunque debo reconocer que le estoy haciendo un favor, porque sería una joya en el tema de seguridad ciudadana, predicando con el ejemplo, no como Kouri que en televisión se declaró usuario de los servicios del prostíbulo chalaco que se encontraba en huelga. Bayly, que tiene olfato de perdiguero no le creyó, pero prefirió quedarse callado y lo dejó contar un chiste sobre homosexuales. El señor Altuve Febres, a pesar de su aspecto de  Judas Tadeo (no he dicho Iscariote),  no convenció al público en general, pues él tiene que saber los puntos que calza Alex Kouri y se metió a la piscina electoral llevado de su mano. No puede hablar de Cataño ni de Patria Roja, porque si quiere encontrar al verdadero contaminado, que se mire en un espejo.

Su padre es venezolano, consecuentemente debía ser medio “caribe”, en esa condición pudo comerse a dentelladas a todo aquel que lo agrediese y no salir en pantalla quejándose de que le habían pegado, o sentado en la vereda, con cara de terror, protegiéndose con brazos temblorosos de cualquier exceso de la autoridad, que solamente le pegó un susto, obligándolo  el fin de semana a tomar agua de azahar,  despertándose en la madrugada con pesadillas aterradoras, asustando a los inquilinos del vetusto Palace Court.  Tampoco es caribeño, porque llevaría el ritmo en la sangre, vestido con camisa de palmeras y bailando con una mulata caderona, consiguiendo que la gente ladre.  Pensar que el gesto valiente y altanero de don Fernando Belaunde, al enfrentarse a la policía en la misma esquina, lo llevó a la Presidencia de la República.

Mi mujer encontró un recorte de “Caretas”, donde figuro en una foto con Javier Diez Canseco, el General Salinas Sedó, Javier González Olaechea y Gustavo Mohme Llona (+). Se trataba de conmemorar el primer año de detención del general Jaime Salinas Sedó, defensor de la democracia, Entramos por la fuerza, rompiendo a punta de codazos el cordón  de conscriptos con ametralladora en mano, que pretendía impedirnos el ingreso, aunque debo reconocer que quien ofició de punta de lanza, fue mi amigo Máximo San Román, a quien le envío un cariñoso abrazo. El tema no fue fácil, cualquier conscripto, semi  hispano parlante, con formación cultural que ustedes adivinarán, si conocen la de los oficiales, pudo encajarnos una  ráfaga por la espalda, luego se hubiese formado una comisión que estudie los acontecimientos y hoy, después de dieciocho años, estarían por evacuar  un informe.

Que el “nick name”  no  acongoje al doctor Altuve. Mi amigo Eduardo Rodrigo lleva igual apelativo,  sin embargo es el rey del trompo sin huaraca y el mismo se califica como un “Huevo duro” de roer.  Puede Altuve imitarlo.


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