DALES ROCA, DALES RICO
Alberto Massa Gálvez.
Carlos Roca, a quien no he tenido oportunidad de conocer, fue el mas lúcido parlamentario de oposición en el primer lustro de los ochenta. Hoy, un poco olvidado por el ostracismo diplomático viene, desde fuera de la trinchera, demostrando valentía, temple y tenacidad en defensa de sus fueros.
La Asamblea General del Apra, lo eligió como su candidato para las elecciones a la Alcaldía de Lima Metropolitana. Roca aceptó honrado el cargo pero las encuestas, aun prematuras, le vinieron otorgando el magro resultado que Alán García y su entorno deseaban, para tener el pretexto de apartarlo de la contienda y apoyar al candidato de la corrupción, quien resulta un tren de unión con la candidatura presidencial de Keiko.
El señor Velásquez Quesquén, ha salido a los diarios a quejarse de Roca, alegando que los problemas internos se discuten dentro del partido y que eso se entiende por democracia.
No lamento, sino celebro discrepar tajantemente con el señor Velásquez Quesquén. La democracia se expresa en diferentes facetas, una de ellas es respetando los acuerdos de las jerarquías partidarias. “El estado soy yo” terminó con Luis XIV, aunque Velásquez podrá replicarme que Hugo Chávez representa el absolutismo del Caribe.
El señor Roca no es un muñeco de torta que se controla a distancia, ni tampoco una ficha dentro del tablero de ajedrez del doctor García, para que haga con él un enroque corto o largo, dentro de su esquema táctico.
Carlos Roca fue, posiblemente, el mas lúcido parlamentario de su partido, en la época que ocupó una curul. Era claro, racional y doctrinario. García le ganó en las elecciones internas para la Presidencia de la República, porque aparte de sus cualidades, que sería mezquino negarlas, tenía voraz apetencia por el poder, condiciones histriónicas que expuso mediáticamente y demostró más gónadas. Hoy, aun que no se discute la Presidencia de la República, Carlos Roca va a reivindicar la existencia de sus gónadas y demostrar que la democracia interna lo respalda.
Carlos Roca no es golpista, es ferviente defensor de los estatutos partidarios. No se, incluso no creo que salga elegido alcalde, pero los apristas de a pie respetarán y avalarán su gesto. Se que aumentará sensiblemente su caudal de votación.
¿Usque tendem, Alan Garcia, abutere patientia nostra?